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LA CALLE MÁS CORTA DE BARCELONA

En el barrio de La Ribera de Barcelona, se encuentra el carrer de L'Anisadeta, la calle más corta de la ciudad. La calle apenas mide cuatro metros y está escondida en un rincón de la plaça de Santa María, donde está ubicada la basílica de Santa María del Mar. 




Según se cree, el nombre de Anisadeta proviene de una pequeña taberna allí ubicada que se llamaba Nisadeta y que era famosa por su anís que servía mayormente a pescadores y estibadores del puerto. Originalmente la calle era más larga pero sucesivas reformas la dejaron con la longitud actual. 


MADRID MODERNISTA - EL PALACIO LONGORIA


En la confluencia de las calles Pelayo y Fernando VI de Madrid, nos encontramos con el Palacio Longoria, principal ejemplo de arquitectura modernista en la ciudad. Esta joya de la arquitectura consta de dos cuerpos simétricos unidos por un torreón. La forja, las líneas curvas, los motivos vegetales, las tribunas... dan fe del estilo modernista del palacio.  Fue el arquitecto barcelonés Josep Grasés i Riera quien proyectó el edificio en el año 1902 por encargo del banquero Javier González Longoria que lo destinó a vivienda propia y a la sede de su banco. Actualmente es la sede de la Sociedad General de Autores. 







                



Cabe recordar que Josep Grasés fue compañero, que no discípulo, de Antoni Gaudí y que tiene varias obras repartidas por Madrid. Obras tan emblemáticas como el edificio La Equitativa en la calle de Alcalá y el monumento a Alfonso XII en el parque de El Retiro son obra de Josep Grasés.




Edificio La Equitativa

Monumento a Alfonso XII




EL KINZE DE CUCHILLEROS


En el número 15 de la calle Cuchilleros de Madrid está ubicada esta barbería que data de 1900. En sus inicios se trabajaba con "igualas" por las que se pagaban 30 pesetas al año teniendo derecho a un corte de pelo quincenal y a un afeitado semanal. El corte de pelo normal se pagaba a 50 céntimos. 


EL MERCAT DE LA BOQUERÍA

El Mercat de La Boquería es el más conocido, el más grande, el más visitado y el más antiguo de Barcelona. Está situado en el tramo central de Las Ramblas, el más colorista y exuberante, el denominado Rambla de las Flores. Los orígenes del mercado se remontan al siglo XIII, cuando los vendedores ambulantes y campesinos de lo que hoy es el barrio de El Raval, vendían sus mercancías en el Pla de la Boquería a los habitantes de la ciudad amurallada. 






En 1840 se creó el actual mercado ocupando unos terrenos donde hasta 1835 había estado ubicado el Convent de Sant Josep, destruido en un incendio ese mismo año. El mercado se construyó como una gran plaza porticada con columnas jónicasEn el año 1914 se instala la vistosa cubierta modernista obra de Miquel de Bergue y que es, sin duda, su imagen más conocida. Esta cubierta ha sido restaurada totalmente a finales de 2013. Convendría recordar que el nombre de La Boquería es la denominación popular, el nombre real del mercado es Mercat de Sant Josep haciendo honor al antiguo convento.




El mercado ha recibido numerosos galardones entre los que se encuentra el de mejor mercado del mundo otorgado por el Congreso Mundial de Mercados en Washington en el 2005. Entrar en el mercado es entrar en un universo de colores, olores y sensaciones que no nos dejará indiferentes. Allí encontrarás lo que busques, si no lo encuentras, no existe. Castigado por los turistas, es un lugar emblemático como pocos que bien vale la pena visitar y de paso dejarnos caer en uno de los numerosos restaurantes que hay dentro del mercado, todos ellos de excelente calidad.













CAFÉ ELS QUATRE GATS

El 12 de junio de 1897 se inauguraba en la calle Montsió de Barcelona el célebre café Els Quatre Gats. El café está ubicado en los bajos de la Casa Martí y es obra de uno de los grandes arquitectos del modernismo catalán, Josep Puig i Cadafalch. Concretamente se trata su primera obra. 




El nombre de Quatre Gats (cuatro gatos), hace alusión a la concurrencia más bien escasa que esperaban en el local. Ramón Casas, Santiago Russinyol... y otros artistas e intelectuales de la época, fueron los impulsores del proyecto con la intención de crear un espacio para artistas y bohemios. Pere Romeu, un amante del arte venido de Paris, fue el hostelero que se hizo cargo del negocio. Esta época duró 6 años, hasta 1903, año en que se cerró el restaurante y el negocio pasó a otras manos. Durante estos 6 años fue lugar de tertulias y discusiones de pintores, músicos, escritores.... Cabe recordar como anécdota que a Picasso, recién llegado a Barcelona, no lo dejaron participar en las tertulias en un primer momento. El café tiene el honor de haber sido el escenario, en 1900, de las dos primeras exposiciones del genial pintor malagueño.
El café sigue funcionando en la actualidad, con la decoración intacta si bien su filosofía no tiene nada que ver con el café de la época. Hoy es un café restaurante donde también puedes escuchar música en directo y orientado mayormente al turismo, aunque no es nada raro ver lugareños tomando una cerveza.


En lo que respecta a la arquitectura del edificio, observamos que se trata de una construcción de estilo neogótico, de obra vista con una magnífica tribuna inspirada en el gótico flamígero y ventanales con marco. En la fachada hay una escultura de San José y el Niño obra de Josep Llimona. También observamos distintos elementos esculturales tallados en piedra como el impresionante escudo que se haya en la entrada del edificio. Completan el conjunto siete arcos ojivales con vidrieras en los bajos del edificio.